Cuando se comienza a estudiar la Creatividad en forma sistemática y se la introduce en el ámbito de las empresas, el gran desafío que se planteaba era como generar las 'mejores ideas'. Aquellos que lo lograsen serían los triunfadores en la carrera por la conquista de los consumidores.
Sin embargo, con el advenimiento de la Web 2.0 y los sitios dedicados específicamente a la venta de ideas, comenzó una verdadera revolución, cuyas consecuencias no todos logran comprender.
Comenzamos a utilizar un concepto, recién en desarrollo: el de 'Open Innovation' (Innovación Abierta). Es decir, las ideas ya no tienen porque provenir de las personas que trabajan en la empresa, sino que se reconoce que la población de la Tierra, es en realidad un 'Yacimiento de Materia Gris', y que existe la potencialidad de miles de ideas provenientes de las formas y los lugares más insólitos.
Con esto se cambia una preocupación 'la de generar ideas', por otra de mayor magnitud 'cómo administrar un sistema ideas': cómo evaluarlas, cómo seleccionarlas, cómo elaborarlas y cómo testearlas.
Hace falta mucha más Creatividad para 'administrar un sistema de ideas' que para generar alguna idea.
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